Los portales, las torres y los valles de la muralla

Toda muralla tenía al menos cuatro portales, el norte, el sur, el oeste y el este. Estas puertas se abrían durante el día y se cerraban por la noche. Cuando había ataques se cerraban todos los portales y el núcleo amurallado quedaba protegido por los muros que lo rodeaban y por los soldados que combatían el asalto.

A lo largo del recorrido de la estructura defensiva también había torres de vigilancia o de defensa. Las utilizaban los soldados o los encargados de vigilancia, para guarecerse y descansar, como almacén y sobre todo para vigilar fuera de la muralla.

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